El algodón orgánico se cultiva sin el uso de pesticidas o fertilizantes químicos y está libre de modificaciones genéticas.
Se cultiva utilizando técnicas tradicionales y, contrariamente a la percepción pública, utiliza un 91% menos de agua que el algodón convencional.
A medida que el agua de lluvia que cae en los campos de algodón orgánico fluye de regreso a los ríos y mares los mantiene limpios de pesticidas y tiene un efecto positivo en el suelo, el agua y los animales. Y de manera crucial, se respeta y protege la salud de los productores de algodón y sus comunidades.